domingo, 8 de enero de 2012

Crónica del primer día de rebajas





Siempre tan aficionada a las rebajas me preparo esta mañana para pasar unas horas aprovechándolas. Cuando llega el tren al andén parecía que nos íbamos a la mascletà, overbooking, enlatados en el vagón con un único objetivo: conseguir la primera ganga del 2012. Esta no era la primera sorpresa. Diez de la mañana en Zara y ya estaba todo revuelto y sin tallas. Colas en el probador y en la caja. Y es que hoy habían abierto puertas en horario especial a las nueve de la mañana, con lo que a las diez ya estaba todo en pleno apogeo.




Mi objetivo era una blazer negra de terciopelo, un vestido verde botella de punto y un pantalón pitillo granate. Primera tienda, ni rastro de ninguna de las prendas mencionadas. Segunda y tercera tienda, más de lo mismo. Por fin, en la de Don Juan de Austria consigo entrar en los probadores para probarme la talla M de la blazer, pero me armo de paciencia para pasar por caja.



Paro a coger fuerzas para continuar. Cortado y pasta de naranja. Comparto el break con una desconocida que está esperando la recepción de un mensaje para que la atiendan en una peluquería del centro que también hace rebajas Oh my cut. Once y media de la mañana, sigo por mi ruta habitual, pero hay demasiada gente en las tiendas. A las doce y cuarto, harta de vagabundear por el centro comercial de la ciudad me decido a volver a casa.