domingo, 27 de julio de 2014

Mi maleta de verano

Porque desde que empecé con el blog siempre me ha apetecido hablar de la maleta de vacaciones, la maleta del verano. Hace unos años esta maleta solía tener un destino urbano, de ciudad europea generalmente. Los que me conoceis sabeis que soy una mujer de ciudad. Museos, Palacios, Iglesias, desplazarse en el Metro, callejear, salir a cenar, algo de compras,... Pero ahora mi maleta es algo más. Ya no solo superviso la de José María sino que me ocupo también de la de nuestros dos tesoros. Nuestro destino cosmopolita ahora es de sol, playa y piscina. Hotel familiar en el que los nenes puedan comportarse como lo que son. Y, por la tarde, excursión  a algún pueblo cercano con encanto para matar el gusanillo de esas salidas de antaño. Cenas rápidas y algún plan compatible con los peques. La maleta va cargada de bañadores, gorras, camisetas o polos para los hombres de la casa y biquinis, blusones y mi borsalino de paja de L'Alguer para mí. Mucho repuesto para poder bajar a la piscina antes y después de comer con siesta incluida. No he conseguido el tan ansiado kikoi, que me apetecía tanto pero por el que no me decidí porque no me convencían los colores. Por la tarde una ducha, algo de maquillaje y a arreglarse. Unas buenas y cómodas sandalias doradas, tops blancos o en crudo que resalten el bronceado de estos días y pantalones pitillo. Los hombres bermudas y polos por doquier, naúticas o zapatillas de lona. Como complementos para mi pañuelos, collares y pulseras y, por fin, desde ayer, un capazo no customizado de los de toda la vida. Y esta maleta la preparo con tanta ilusión por todo lo que supone. El estar todo el día juntos desde que nos levantamos, sin prisas, de relax, de risas. Todo un año esperando. Felices vacaciones.